martes, 21 de diciembre de 2010

Valle del Jordán-Agua-Salud-Educación-Jordan Valley-Water-Health-Education



Español.-
El Valle del Jordán está ubicado sobre la cuenta acuífera oriental. Sin embargo, los palestinos que viven en el área carecen de acceso al agua debido a las restricciones israelíes que abusan de su uso copiosamente. A los palestinos se les permite solamente el aprovechamiento de 40% del agua de la cuenca, aproximadamente unos 58 mcm de agua por año. Desde la ocupación de 1967, Israel ha monopolizado, destruido y dejado exhaustos los recursos hídricos. A lo largo de las últimas décadas, Israel ha aislado 162 pozos de agua destinados a la agricultura del Valle, prohibiéndoles a los palestinos su utilización.
De manera discriminatoria, Israel controla dónde pueden establecerse nuevos pozos, qué profundidad y qué extensión pueden alcanzar y hasta qué cantidad de agua puede extraerse de ellos. Consecuentemente, a los palestinos se les deja como única opción, la utilización de agua sucia proveniente de fuentes o manantiales de descarte, sin tratamiento, o de aquella agua sobrante de los israelíes que se filtra a las napas
Los palestinos tienen prohibido usar el Río Jordán, que proveería 250 millones de litros cúbicos de agua por año.
Más aún, debido a las restricciones israelíes, los colonos que cultivan en el Valle del Jordán, quienes utilizan alrededor de 27000 dunums (6672 acres) de tierra, consumen alrededor de 41 mcm de agua por año. Ellos son quienes principalmente extraen los recursos de agua palestinos y, al mismo tiempo, les restringen el acceso para cultivar su propia tierra. En contraste, los palestinos cultivan alrededor de 53000 dunums de la tierra del valle, consumiendo 37 mcm de agua por año. De acuerdo a la encuesta de 2009 Salvemos a los niños (Save the Children), los colonos de Israel consumen 6.6 veces más de agua que los 56000 palestinos residentes. Al igual que en el resto del Área C, los colonos reciben 75% de descuento en sus facturas de agua.
Israel controla por complete el Mar Muerto y le niega a los palestinos el derecho de acceso al agua, minerales y aprovechamientos costeros. Los palestinos deberían tener el control del 30% del Mar muerto porque es su frontera, pero desde 1967, se les ha prohibido utilizar o investigar en el área. Israel, además, ha dejado exhaustas las aguas del Mar Muerto, amenazando su existencia de acá a veinte años. Como consecuencia de la carencia de agua drenada hacia el Mar Muerto desde el Río Jordán y los valles, así también como por el excesivo bombeo de agua que ejecuta Israel, fotos aéreas tomadas del Mar Muerto lo muestran separándose en dos lagos pequeños. Adicionalmente, Israel bombea en demasía tanto agua del mar como agua de los valles del oeste del Río Jordán, lo cual produce que decrezca la cantidad anual de agua que pueda ser drenada hacia el Mar Muerto.

Un reporte de 2009 de Amnistía Internacional (Amnesty International) documentaba las restricciones israelíes a los palestinos en cuanto el acceso al agua (P53):
'En los últimos años, durante los meses de verano, el ejército israelí ha acentuado la presión sobre las comunidades de pastores palestinos forzándolos a abandonar el Valle del Jordán, mediante medidas tales como confiscarles los tanques de agua y privar a lo pobladores del fluido vital del agua en la estación calurosa.’
El reporte se refiere al acceso denegado por parte de Israel a los pozos de agua, a los pobladores de Ras al Ahmar, Humsa y Hadidiya, asegurándose el acceso exclusivo para los agricultores de los asentamientos de Ro’i y Hamdat.
Medidas de Israel para controlar el agua del Valle de Jordán
o Aislar y destruir 162 proyectos de irrigación al este de la Ruta 90, aduciendo que las áreas han sido cerradas por razones de seguridad . Israel también destruyó amplias áreas de campos con irrigación, negando a miles de palestinos su único recurso de supervivencia –agricultura- y prohibiéndoles cualquier desarrollo o reacondicionamiento de los pozos.
o Prohibir a los palestinos la utilización compartida de los 250 millones de metros cúbicos del Río Jordán, destruyendo los proyectos agrícolas todo a lo largo de las riberas. Más aún, Israel aisló un margen de cinco metros al oeste del Río Jordán y drena excesivas cantidades de agua del río y el valle para alimentar sus enormes lagos artificiales de reserva.
o Controlar el agua del subsuelo y cavar pozos a profundidades críticas que alcanzan las capas saladas y provoca que el agua sea salada;
o Situar pozos sólo para uso de judíos cerca de las fuentes y manantiales palestinos, secándolos por completo o utilizando mucha del agua palestina. En el pasado, estos pozos servían al pueblo palestino 6 millones de metros cúbicos por año, pero ahora los palestinos deben comprar el agua a Mekorot;
o Cerrar la mayoría de las áreas que tienen capacidad de almacenar agua convirtiéndolas en zonas militares, reservas naturales u otros motivos de seguridad.
o Prohibir a los palestinos cavar nuevo pozos o relocalizarlos, provocando que los pozos palestinos tengan poca profundidad. Adicionalmente, Israel mide las cantidades de agua que utiliza Palestina e impone multas ha aquellos que se exceden de la medida.
o Contaminar las fuentes y las napas del subsuelo vertiendo el fluido de aguas servidas de los asentamientos.
Salud y Educación-Health and Education
Las comunidades palestinas del Valle del Jordán sufren un severo recorte de recursos. La mayoría de las comunidades, especialmente las ubicadas en el Área C, no tienen conexión de electricidad, agua corriente, teléfono, redes cloacales y carecen de transporte público.
El desarrollo del Valle del Jordán, en cuanto concierne a los palestinos, nunca estuvo en agenda e Israel ha rechazado todas las solicitudes y demandas presentadas por los residentes solicitando los recursos básicos. Consecuentemente, muchas comunidades palestinas viven en condiciones extremas duras y primitivas sin acceso a ningún servicio. A continuación damos un pantallazo de los servicios básicos en el Valle del Jordán:
Salud-Health
Hay solo 24 centros de salud en el Valle de Jordán operados por el Ministerio Palestino de Salud y organizaciones civiles, tales como Comités de Rehabilitación Médica, Media Luna Roja, Comité de Unión por el Trabajo de la Salud y UNRWA. Los edificios de estos centros, sin embargo, son muy precarios, viejos y construidos pobremente de concreto sin ninguna terminación, o son cabinas de metal o carpas. Las políticas de Israel prohíben la construcción de centros sanitarios de la misma manera que lo hacen con la prohibición de construir viviendas o cualquier otro tipo de infraestructura. Además, ellos, amenazan con demoler toda construcción erigida sin permiso o destruir cualquier reacondicionamiento. Consecuentemente, los servicios de salud en el Valle de Jordán, prácticamente no existen, y los que están disponibles no alcanzan a satisfacer las necesidades de la población, especialmente en situaciones de emergencia. Debido a las políticas de ocupación las organizaciones civiles tienen capacidades limitadas y no alcanzan a brindar atención primaria salud. Por ejemplo, los centros de salud están abiertos solamente de 2 a 3 días por semana, durante 2 horas por día. Cualquier caso de emergencia debe ser transferido a hospitales en ciudades más grandes. A menudo, los soldados de Israel ponen obstáculos en los puestos de control a los paramédicos, sometiéndolos muchas veces a requisas minuciosas. Como resultado, se demora a los pacientes en la recepción de atención médica. El hospital de Jericó es el único en el Valle.
Educación-Education
Hay 38 escuelas básicas y secundarias entre las comunidades del Valle de Jordán atendiendo a la demanda de 13000 estudiantes. Carecen de infraestructura, material didáctico y al menos 12 de las escuelas no tienen instalaciones, tales como agua o servicios sanitarios. Israel también rechaza otorgar permisos para construir nuevas escuelas en la mayoría de las comunidades palestinas. De acuerdo con el Ministerio de Educación Palestino, la mayoría de las escuelas del Valle no cuentan con suficientes salones de clase y muchos estudiantes estudian en aulas sin las mínimas condiciones de higiene o de seguridad. Los estudiantes tiene que atravesar largas distancias y dificultosos puestos de control para ir a las escuelas y aún más si quieren ir a la Universidad en Jericó, Nablus o Tubas, lo que muchas veces fuerza a los estudiantes a emigrar y provoca la disgregación de las familias.

English.-
The Jordan Valley is situated over the Eastern Water Basin. However, Palestinians in the area suffer from the lack of access to water due to Israeli restrictions and copious usage. They are only permitted to use 40% of the water in this basin or approximately 58 mcm of water per year. Since its occupation in 1967, Israel has monopolized, destroyed and exhausted the area’s water resources. Over the last four decades, Israel has isolated 162 agricultural wells in the Jordan Valley, prohibiting Palestinians from using them.
With discriminatory allocations, Israel controls where wells can be placed, how deep they can run and how much water can be pumped from them. Consequently, Palestinians are left to use dirty water from unconditioned, neglected water sources, because, oftentimes, untreated settlement water seeps into Palestinian artesian wells and springs.
It also forbids Palestinians from using the Jordan River, which would provide 250 million cubic liters of water per year.
Furthermore, due to various Israeli restrictions, settlers in the Jordan Valley, who cultivate around 27,000 dunums (6,672 acres) of land, consume about 41 mcm of water per year. They mainly extract Palestinian water sources, in addition to restricting its access to the Palestinians, to cultivate their lands. In contrast, Palestinians cultivate about 53,000 dunums of the valley’s land, consuming 37 mcm of water per year. According to a 2009 Save the Children factsheet 9,400 Israeli settlers consume 6.6 times more water than the 56,000 Palestinian residents. As in the rest of Area C settlers receive 75% discounts on their water bills.
Israel also fully controls the Dead Sea and denies Palestinian rights to access its water, minerals and shores. Palestinians should have control of 30% of the Dead Sea as its border, but since 1967 they are prohibited from using or investing in the area. Israel has also exhausted Dead Sea water, threatening its existence over the next 20 years. As a result of the lack of water draining into the Dead Sea from the Jordan River and wadis, as well as Israel’s excessive pumping of sea water, aerial photos show the Dead Sea splitting into two separate, smaller lakes. Additionally, Israel is excessively pumping water out of the sea and reserving water coming from the western valleys of the Jordan River, which further exhausts available water and decreases the annual amount of water drained into the Dead Sea.
A 2009 Amnesty International report documented Israeli restrictions on Palestinian access to water in the valley (P53):
'In recent years, during the summer months, the Israeli army has also stepped up pressure on Palestinian herder communities to force them out of the Jordan Valley by confiscating their water tankers and depriving the villagers and their flocks of water at the height of the hot season'.
The report refers to the Israeli denial of access to nearby wells to villagers in Ras al Ahmar, Humsa and Hadidiya, securing exclusive access for the agricultural settlements of Ro'i, Beka'ot and Hamdat.

Measures of Israel's Control over Jordan Valley Water
Isolating and destroying 162 irrigation projects east of Road 90, claiming they were closed for security purposes.Israel also destroyed wide areas of irrigated fields, denying thousands of Palestinians their only source of income—agriculture—and prohibiting any further development or reconditioning of the wells;
Preventing Palestinians from using their share of 250 million cubic meters of the Jordan River, destroying Palestinian agricultural projects along the banks. Moreover, Israel closed up to five meters of the western Jordan River and is draining excessive amounts of river and wadi water to feed the huge reservoir lakes it built;
Controlling underground water and digging wells at critical depths, which hit the salt beds and cause the water to be salty.;
Situating new Jewish-only wells near Palestinian springs, drying out or using much of the Palestinian water. In the past, these wells served the Palestinians with 6 million cubic meters per year, but now Palestinians must buy water from the Mekorot;
Closing most areas that have a good capacity to hold water for military zones, natural reserves or other security reasons;
Prohibiting Palestinians from digging new or reallocating wells, causing the Palestinian wells to have small depths. Additionally, Israel measures the amount of water used by the Palestinians and imposes fines on those who exceed the allocated amount;
Polluting the springs and underground water by not controlling the leakage of sewage water from the settlements.
communities in the Jordan Valley suffer from severe shortage in basic services. Most communities, especially those located in Area C, are not connected to electricity, water, telephone or sewage networks in addition to lacking public transportation.
The development of the Jordan Valley, in terms of the Palestinians, has never been on the agenda, and Israeli has refused all demands raised by residents to provide these basic services. Consequently, many Palestinian communities still live in harsh, primitive conditions with no access to any kind of service. The following gives an overview of basic services in the Jordan Valley:

Health
There are only 24 health clinics in the Jordan Valley, operated by the Palestinian Ministry of Health and civil organizations, such as the Palestinian Medical Relief Committees, Palestinian Red Crescent, Union of Health Work Committees and UNRWA. The clinic buildings, however, are very old and/or poorly constructed from concrete, metal sheets and tents. Israeli policy prohibits the construction of health clinics as it does with housing or other kinds of infrastructure. They also threaten to demolish any illegal building or reconditioning of clinics. Consequently, health services in the Jordan Valley are almost non-existent and, if available, never meet the needs of the population, particularly in emergency situations. And due to occupation policies, civil organizations are limited in capacities and cannot provide dependable primary healthcare. For example, health clinics are only open 2-3 days/week for about 2 hours/day. Any critical cases or emergencies must be transferred to hospitals in the major cities. And oftentimes, Israeli soldiers place obstacles at checkpoints for medical staff, often forcing them into long, detailed searches. As a result, patients are delayed in receiving medical attention. The hospital in Jericho is the only one in the Valley.

Education
There are 38 basic and secondary schools located in the Palestinian communities of the Jordan Valley, serving more than 13,000 students. There is a lack of infrastructure and supplies, such as drinking fountains and sanitation facilities, in about 12 schools. Israel also refuses to give permits to build new schools in most Palestinian communities. According to the sources in the Palestinian Ministry of Education, most Jordan Valley schools lack sufficient classrooms; thus, many students continue their education in classrooms that fail health and safety regulations or travel to schools farther away. Students have to commute large distances through difficult checkpoints to access schools and universities in Jericho, Nablus and Tubas, leading to students moving in with the extended family or families splitting up

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